En la última encuesta las cosas estuvieron reñidas entre el microneedling y el skincare, así que esta semana toca microneedling.
El nombre de esta técnica proviene de la unión entre las palabras inglesas micro y needle (aguja) y la traducción literal sería «microagujerear» lo que nos da una pista sobre qué es lo que hace este tratamiento.

¿Qué es?

Originalmente se concibió el microneedling como una técnica que consistía en aplicar numerosas micropunciones en el rostro para desencadenar una serie de reacciones en la piel (de las que hablaremos más adelante en el apartado de acción del microneedling); se comenzó a realizar en 1905 en Alemania, el dermatólogo Ernst Kromayer utilizando una especie de ruedas con agujas, sobre pieles queratinizadas y con cicatrices. Poco a poco esta técnica fue estudiada y desarrollada por numerosos dermatólogos hasta que en 1996, en Sudáfrica se presentó el sello dérmico, creado y presentado por el cirujano plástico Des Fernandes, que consiste en un artilugio con una base plana sobre la que hay numerosas microagujas diminutas; éste se utilizaba aplicando el artilugio sobre la piel y poco a poco se iba aplicando por toda la zona a tratar.
Actualmente, tras años de estudio, se ha sofisticado este tratamiento para su uso responsable en centros de estética y medicina estética; a día de hoy no sólo se realizan micropunciones si no que aprovechamos estos microcanales para aplicar principios activos que penetran mucho mejor en la piel, viendo resultados sorprendentes en todo tipo de pieles.

¿Cómo se realiza?

Dado que el dermaroller podría ser un foco de infecciones, surgió un dispositivo llamado dermapen; este lleva unos cabezales desechables, que son los que llevan las agujas, que ya se adquieren esterilizadas y son de un solo uso. Tras insertar el cabezal, la esteticista regula a que profundidad quiere que penetren las agujas en la piel, en función  de la zona a tratar, las necesidades de la piel y muchos otros factores. El mecanismo del dermapen funciona como una máquina de coser o las máquinas de tatuajes: las agujas salen y entran de manera automática a la profundidad y velocidad elegida.
Actualmente ya hay dermapen que cuentan con un espacio para colocar los cartuchos de principios activos y es el propio aparato el que va soltando producto a la vez que realiza las micropunciones, pero los profesionales que llevan más tiempo realizando esta técnica van realizando las micropunciones y a la vez van aplicando producto en la superficie de la piel con una jeringuilla, teniendo siempre la zona húmeda y limpia.

Acción del microneedling

El microneedling nació por los beneficios que ofrecían únicamente las punciones pero ¿que beneficios puede tener el simple hecho de «pinchar» la piel? Primero debemos comprender que no se trata de pinchar sin más, es un proceso de regeneración desencadenado por una lesión controlada. Esta respuesta consta de 3 fases:
Fase inflamatoria: Respuesta inmediata tras la punción. Se produce una vasodilatación y las plaquetas comenzarán a liberar factores de coagulación y crecimiento, leucocitos, macrófagos, granulocitos y citoquinas. Todo esto con la finalidad de hacer que la piel detecte que hay que desinfectar, proteger y cicatrizar cientos de miles de lesiones.
Fase proliferativa: en esta fase la piel ya está libre de bacterias y empieza a «reconstruir» lo dañado a la vez que comienza la epitelización (construcción de la barrera protectora que permitirá comenzar la fase de remodelación) En esta fase comenzamos a aumentar los niveles de elastina y colágeno tipo III (soporte de la piel).
Fase de remodelación: el colágeno III se convierte en I (tejido natural de órganos, huesos, piel y el más abundante en el cuerpo humano) y se comienza a organizar para terminar de cicatrizar las «heridas».
Como realmente no hay heridas profundas ni daños significativos en la piel, no ha sido destruído nada de lo ya preexistente en la piel, simplemente hemos aumentado de manera natural las estructuras de sostén e irrigación de la piel, forzando a la piel a renovarse completamente.

Beneficios:

• Rejuvenecimiento facial
• Fotoenvejecimiento
• Aumente la luminosidad e hidratación de la piel
• Favorece la producción de colággeno y elastina mejorando la flacidez
• Previene y disminuye arrugas
• Reduce poros abiertos
• Atenúa cicatrices post acné
• Mejora la alopecia al aumentar la irrigación
• Mejora la absorción de principios activos
• Atenúa las manchas de la piel
• Mejora estrías y cicatrices
• Mejora los resultados de tratamientos anticelulíticos, al acelerar los resultados y mejorando la textura de la piel de naranja

Contraindicaciones:

No se recomienda el uso de esta técnica en personas con determinadas patologías o circunstancias puntuales como:

• Infecciones en la piel (acné, herpes impétigo…)
• Cáncer de piel
• Dermatitis, eczemas, psoriasis
• Zonas con heridas o verrugas
• Tendencia a crear queloides
• Quemaduras
• Tratamientos con retinoides (hasta 6 meses después)
• Embarazo y lactancia
• Problemas de coagulación de la piel o tratamientos con anticoagulantes o medicamentos similares
• Tratamientos con corticoides en dosis altas
• Rellenos dérmicos y neuromoduladores (bótox y similares durante las 2 siguientes semanas)
• Diabetes no controlada
• Queratosis actínica solar
• Cualquier agresión o lesión dérmica 

Para realizar este tratamiento es muy importante hacerlo siempre en manos de una profesional cumpliendo los estándares de una correcta desinfección y seguridad.
Hay que tener en cuenta que una vez terminado el tratamiento, es normal que la piel pueda quedar hinchada y enrojecida, efecto que puede durar de 1 a 5 días.
Es sumamente importante protegerse del sol con protectores solares de amplio espectro, al menos 10 días después de la sesión, para evitar quemaduras y manchas, ya que la piel está actuando como si tuviera una «agresión»; mantener una rutina de limpieza suave los días posteriores, hasta que la piel vuelva a estar en plenas condiciones normales, e hidratarla muy bien para evitar sentir tirantez e incomodidad.
Este tratamiento está especialmente recomendado para pieles apagadas, con líneas de expresión y cicatrices, marcas de acné y en pieles con textura rugosa y dura.
Recomendamos hacer un mínimo de 3 sesiones con 20 – 25 días entre cada una de ellas.

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